CINE: Star Wars: Episodio V: El Imperio Contra Ataca

Ya había dicho antes en mi crítica sobre Star Wars: Episodio IV: Una Nueva Esperanza, que nunca había visto nada sobre el universo de Star Wars, ya que no había nacido en el tiempo en que fueron estrenadas las películas originales y pues la verdad nunca había mostrado ningún interés por estas películas, pues me parecía demasiado rebuscada la historia expuesta por George Lucas y que además ver en los trailers a Chewbacca me parecía sencillamente ridículo, pero reconozco que en el mundo del cine a las películas de Star Wars se les guarda cierto respeto y culto por parte de muchos, tal vez por ello cedi a vérmelas, quería encontrar la magnificencia en estas películas de la que todos hablan, pues bien, siendo sincero, en la primer película no la encontré por ningún lado, es buena para un domingo de palomitas, pero tampoco es tan grande como la describen, ahora paso a hablar de Episodio V: El Imperio Contra Ataca, la segunda parte de la primer trilogía y la que es para muchos la mejor película de toda la saga de Star Wars.

Los primeros 40 minuto de la película son mucho más movidos que el comienzo de su antecesora, minutos que le hacen honor a el título, donde vemos a un imperio contra atacando ofensivamente una base secreta de los rebeldes en el helado planeta Hoth, aquí vemos a un Luke Skywalker en una búsqueda profunda de si mismo, un personaje que se sigue viendo opaco por cuenta de Mark Hamil, actor que lo representa, y que le quedo grande este personaje, a Carrie Fisher la volví a ver débil, a la Princesa Leia le falto dureza, en cambio Harrison Ford luce a su personaje de Han Solo, con un inteligente carisma desbordante, en esta película el personaje de Darth Vader llega a un nivel más alto, más oscuro, brilla y atrae por su maldad, por primera vez conocí a Yoda, un personaje del que había escuchado hablar mucho cuando me hablaban de Star Wars, está muy bien diseñado desde el punto de vista superficial y psicológico, irradia sabiduría, se le cree y se gana la admiración, por momentos se me olvido de que es un títere mecánico con la voz y movimiento de Frank Oz, logra sacudirse con perfección ese aspecto, me parece un gran logro para su época en donde crear esta clase de personajes era más difícil, pues en ese entonces no se contaba con los grandes avances en cuestión de efectos especiales hechos por computador, otro personaje que entra en la historia es el de Lando Calrissian, bien interpretado por cuenta de Billy Dee Williams, ahhh y si, esta Chewbacca, un personaje innecesario para la historia que aquí no solo raya lo ridículo, sino que logra ser irritante, en cuanto a la historia, me parece que está bien planteada, salvo la sub-historia de amor ñoña entre la princesa Leia y Han Solo, o no sé, será porque entre estos dos personajes solo hay diálogos pobre e infantiles, esta película posee un ambiente en su trasfondo un poco más oscuro que la anterior, con algo de más seriedad, se nota en sus aspecto técnico el hecho de que para esta entrega se contara con más presupuesto, se empiezan a desvelar en la historia ciertas cosas que le dan sustento a las demás películas, pero tiene un final que deja evidenciar que no funciona por sí sola, su director Irvin Kershner logra darle más madurez a esta entrega, la música es de lo mejor, repito, ¡grande John Williams! ¡Grande! en esta nos regala por primera vez la pieza llamada “The Imperial March” una de las más famosas en la historia del cine, respecto a los efectos especiales diré que son muy buenos, pero les recuerdo que yo me estoy viendo las versiones retocadas del 2004 y desconozco completamente las película originales.

En conclusión, Star Wars: Episodio V: El imperio Contra Ataca es muy superior a la primer película, posee momentos intensos y de gran valor para el cine, como el famoso ¡Yo soy tu padre! Frase que fue inmortalizada en la potente voz de James Earl Jones y que le da un interesante giro a la historia, la película es buena, loable y se puede pasar un rato ameno y entretenido, pero de hay a decir que es grande, mmmh... no sé, me queda la duda.